miércoles, 27 de diciembre de 2006

RECUERDO

RECUERDO

No puedo ni quiero olvidar tus besos…
ni la forma etérea de tocar mi cuerpo.
La piel se me eriza de solo pensarte
aroma de lirios en campos salvajes.

Así como arrullo de noche serrana,
acaricia mi alma tu risa de niña.
Mis ojos dolidos de vida y de llanto se niegan a verte
en esos, los brazos de quien me robara
besos y caricias de brisa y de río.

Hoy no me resisto, ya me entrego al alba
en el cuarto frío de amor y tristeza, la nieve me tiñe
las cansadas sienes

Mujer que mis ojos ya no quieren ver…
Mujer del recuerdo, hoy no me embeleza tu risa de niña
Ni mi piel se eriza.
Los aromas nuevos de lirios salvajes
Acarician mi alma de brisa y de río.


Marta Duhalde
ESTACION DESTINO

martes, 26 de diciembre de 2006

EL MAGO

EL MAGO

Nora le anunció a Elisa que había llegado Benito, el último “paciente” de ese día tan complicado, dado que había concurrido gente con sobre turno y en el pequeño vestíbulo de la casa las personas tuvieron que esperar de pie.
Benito se preparaba una vez más para concurrir a la cita que había concertado con la parapsicóloga, ya que había reservado turno para las cinco de la tarde y tenía que ser puntual porque si se retrasaba, Elisa no lo podría atender debido a la cantidad inusual de hombres y mujeres que concurrían al consultorio.
Se miró al pasar, en el espejo oval que decoraba el palier de la casa y conforme con la imagen que éste le devolvía, salió presuroso.
El rostro cuadrado y viril se ajustaba a su personalidad, denotando la energía vital y exitosa, se sabía obstinado, perseverante e intuitivo y con una sexualidad fuerte pero controlada. No le gustaba que lo engañaran ni que le hicieran perder el tiempo, siendo intolerante y muy resistente a los cambios.
Benito se reconocía en los prototipos que conformaban sus rasgos, reconociendo también que los ángulos cuadrados de la barbilla enmarcaban el autoritarismo, la franqueza y el respeto, mientras que las orejas pequeñas y armoniosas le aportaban encanto y seducción, que combinadas con los ojos grises y algo separados indicaban inteligencia, intuición, curiosidad y un refinado erotismo que se acentuaba por la espesura de las cejas.
La fisonomía de Benito se destacaba sobre el cuerpo alto y atlético, haciéndolo irresistible para mujeres de todas las edades.
Debido a las características físicas a Benito lo apodaban El Mago.
Cuando visitó por primera vez a Elisa, ella se asombró ante la belleza y la personalidad
del hombre que, sin vergüenza ni falsos prejuicios lloraba como un niño asustado. Cuando se hubo calmado le relató a la parapsicóloga la terrible desgracia que le había sucedido, haciéndole prometer que como secreto “profesional”, no contaría a nadie lo que acababa de escuchar.
Benito se despidió ese día un poco más calmado... pero una profunda tristeza le ensombrecía la mirada, dándole un tinte acerado y cruel.
Con esa rara y confusa sensación sintió que a partir de ese momento ya no tendría autonomía y que algo de él había quedado atrapado en esa casa, en la extraña personalidad de la mujer, que con solo mirarlo, lo había instado a confesar la verdadera razón de su visita.
Elisa esperaba impaciente la llegada de Benito, ya que sin él sería imposible continuar el trabajo. Un gesto de duda comenzó a invadir el rostro sereno y acostumbrado a ver toda clase de gente debido a su “don”, pero con Benito todo era muy extraño ¿ Sería realmente la persona que decía ser? ¿Era cierto lo que le había confesado?
La ambigua situación no terminaba de convencerla y tratando de apaciguar la espera, abrió cuidadosamente la caja que contenía las lujosas cartas de Tarot Marsellés, que se había hecho traer especialmente de España por su amiga Lucía y comenzó a abrir en abanico colocándolas cuidadosamente sobre la mesa cubierta por el paño rojo, las setenta y ocho cartas y con movimientos acariciantes, comenzó a separar los Arcanos mayores y con lentitud les fue dando la ubicación, correspondientes a las doce casas Astrológicas.
Iba pasando las manos por sobre las cartas suavemente, estando éstas con la figura hacia abajo y las ubicaba desde la Casa uno, que indicaba la personalidad, correspondiendo en este caso La sacerdotisa, como mujer intuitiva, prudente, con ideas místicas, sabiduría y paz interior, capaz de brindar ayuda. Luego con la misma serenidad fue colocando las restantes cartas en las respectivas Casas; a la dos le correspondió La Rueda de la Fortuna, indicándole éxitos materiales, en Casa cinco Los Amantes confirmando la amistad amorosa que la unía a Rodolfo y así sucesivamente fue deslizándolas, sin sobresaltos y conociendo de antemano lo que le saldría... hasta que llegó a Casa ocho, la que indica Muerte ó fin de algo y allí curiosamente y dando vuelta la carta que había tomado con demasiada lentitud y sintiendo que se le aceleraban los latidos, como siempre que llegaba a esa Casa, vio que aparecía justamente la carta de La Muerte. Dio un respingo de sobresalto y se apresuró a terminar la tirada, sabiendo que no era conveniente realizarse a sí misma el trabajo ya que era mala suerte y además se influía, debido al conocimiento que poseía sobre ese tema.
Lamentablemente no podía terminar en los últimos tiempos la adivinación del destino por habérsele perdido en circunstancias desconocidas, una de las cartas, de las veintidós que correspondían a lo Arcanos Mayores; nada menos que El Mago la que representa a la creación, el destino y la arrolladora personalidad de la persona si cae en Casa Uno.
En la imposibilidad de conseguir la carta idéntica a la del mazo traído de España por su amiga, Elisa encontró la solución a su problema el día que conoció a Benito.
Sintió y percibió que algo se movía en el cuarto de baño, sin ruidos ni presencia que lo delatase y con la rigidez de la brillante y lujosa cartulina, El Mago con un puñal emplumado de sangre se colocó dócilmente y al revés en la Casa Doce del destino.
En un cuaderno de apuntes que se encontraba sobre la mesa se podía leer: ”Mago al revés; Enemigo oculto peligroso, cruel y mentiroso. Cuidado con él, puede tenderle una trampa y peligrar su vida. También significa que el destino está en contra del consultante”.
El mazo de Tarot Marsellés quedó completo.



Marta Duhalde
"ESTACION DESTINO"

SEDUCCIÓN

SEDUCCIÓN

No podía comprender por qué al poco tiempo de conocerla, en la mirada de todos los hombres descubría el cielo tormentoso del amor. Allá, en la profundidad de las pupilas donde descansaba el alma, Valeria comprobaba una y otra vez cómo ellos se iban entregando sin reservas al sentimiento negado de antemano por ella. Si bien sentía el halago y las atenciones, no sabía si era merecedora de tales actitudes ya que ella no hacía nada por lo menos conscientemente para que esto ocurriera.
Desde el dependiente del negocio de la esquina regalándole una flor a escondidas de la esposa, el médico al que concurría para los controles habituales, el dueño de la casa que alquilaba y hasta el marido de su mejor amiga, sucumbían al encanto incomprendido por ella. Se planteaba seriamente sin comprender la razón, porqué el propio marido no se dignaba siquiera a darse cuenta de su nuevo peinado.
Valeria ese día estaba de pésimo humor y ese nuevo vecino comenzaba a cortejarla descaradamente _¡habráse visto semejante desfachatez! ¿no sabía acaso que era casada?
¡Pero lo pondría en su lugar! _Esperó que sacara el auto como de costumbre y mientras pretendía hacerse la disimulada, lo miraba de reojo esperando el acostumbrado y meloso saludo, pero para su sorpresa... Aníbal, el vecino sin siquiera mirarla aceleró y salió del garaje. Valeria no salía de su asombro... _¡Una cosa es que yo le ponga los puntos sobre las íes y otra muy distinta que él ni me mire! _Y así herida por primera vez en su condición de mujer, decidió vengarse... por gusto nomás.
El día había amanecido nublado y frío, los cristales de la habitación se habían comenzado a empañar como aquella vez que... Gruesas lágrimas comenzaron a humedecer el hermoso rostro de la mujer y ya no pudo ni quiso contener el llanto que pugnaba en la garganta apretada de angustia.
El padre gritaba arrinconándola sin darle oportunidad de huir, mientras las manos grandes y huesudas levantaban su falda... _¡Noooo! _ El grito quebrado salió nuevamente desde el recuerdo y... _¡Valeria! ¿Que te ocurre? _ La voz de Gerardo, el marido distraído, la trajo en tiempo y espacio_ No nada, me lastimé sin querer con la tijera y me asusté_ respondió, sin darle demasiada importancia_.
Gerardo la había respetado siempre desde la humildad que lo caracterizaba y ella supo agradecerle casándose con él. El dinero que le dejara el padre de ella al morir, hizo que él pudiera ampliar la fábrica transformándose en un empresario de prestigio. _¿Por qué demoraba tanto Aníbal? _ Valeria le había preparado una sorpresa, desde donde asomaba la venganza. Ese vecino no sería la excepción sino que... _¡Qué lástima! _ se dijo_ estaba lloviendo y el sol no podría iluminar la sonrisa de dientes perfectos de ella ni las grandes manos huesudas de ese vecino que se parecía a su padre. __Pero esta vez ya verían quién era ella_.
Gerardo miraba sin inmutarse el cadáver de Valeria, una sonrisa torcida le afeaba el rostro _. La belleza angelical del rostro de la mujer sorprendió al oficial, los ojos entreabiertos dejaban ver el azul increíble donde parecía asomar la gélida mirada enmarcada por el rojo intenso de la cabellera.
_¿Edad? La pregunta sorprendió al hombre, acostumbrado como estaba al duro trabajo de policía, era la primera vez que se sentía atraído de esa manera y además en esas circunstancias _¡oficial, le estoy preguntando la edad de la víctima! _ dijo el superior.
Las esposas aprisionaban las manos huesudas de Aníbal, que lloraba copiosamente y
el policía envolvía delicadamente con las manos enguantadas, una tijera manchada de sangre, mientras sus cansados ojos acostumbrados a la muerte habían quedado deslumbrados por la profundidad de aquellos donde se asomaba el alma.

Marta Duhalde 2005
"ESTACION DESTINO"

AKASHA

AKASHA

Sintió el estallido de la creación en su interior.
Diana apuró el paso para mirarle el rostro ya que algo en ella le resultó familiar y reconociéndola la saludó_¡Hola! ¿Cómo estás? _ Morena, sobresaltada, se dio vuelta mirándola a los ojos y exclamó _ ¡Diana! no te habría reconocido si no fuera por tu voz! _ Le dijo, agregando _ no esperaba encontrarte, ¡ hacía tanto tiempo que no te veía!
_Es verdad _ respondió Diana _ apurando el paso para caminar al lado de Morena.
Diana y Morena se habían conocido durante un taller de teatro al que habían concurrido juntas, habiéndose creado entre ellas una fluida comunicación.
Morena era pintora y en la mayoría de las obras que realizaba representaba las diferentes manifestaciones de la creación, siendo su preferido un fresco, al que había titulado “akasha”, que significaba energía. A Diana le había impresionado favorablemente el estilo surrealista del cuadro, ya que ella siendo maestra de Reiki, tenía contacto permanente, con ese fluido vital que emanaba de sus manos en los tratamientos que realizaba a los pacientes.
Se habían tratado asiduamente debido a las clases de teatro que compartían, pero al dejar de concurrir ambas a dichos cursos, se habían dejado de ver.
Tras contarse algunos acontecimientos de la vida de cada una, se dispusieron a seguir su camino despidiéndose.
Morena no dejaba de alabarle a Diana la hermosa voz que esta poseía ¡Tu voz, Diana! ¡Te reconocí enseguida por tu voz!...¡Siempre fue muy dulce!...Pero ahora... no sé... hay algo que no puedo definir, es como si viniera de otra vida, de otro tiempo _ Dijo Morena mirándola a los ojos _ Quizás... puede ser _ Respondió Diana _ agregando _ Bueno Morena, te llamo un día de estos y nos encontramos en tu “atelier” para que me muestres las últimas obras que expusiste _ Y despidiéndose se alejaron.
Diana caminaba presurosa bajo la mirada inquietante de Morena que susurraba _esa voz... ¿otra vida?... _
Diana sintió que un escalofrío comenzaba a recorrerle el cuerpo, mientras caminaba con pasos tambaleantes, sintiendo que el corazón palpitaba fuera de control en su pecho angustiado y un estallido sin tiempo estremecido de imágenes que vivió en el pasado le nublaron los ojos.
Sintió los rastros de la memoria invadiendo el presente y el espíritu recuperando instantes y estremecimientos, algunas veces nítidos... otras, borrando los límites de lo vivido.
¿Cuál fue la medida del amor por esa mujer? ¿Era azul ese mar? ¿O era el reflejo de las estrellas en la arena?
Sin dejar de temblar, sintió la inefable batalla del tiempo donde no existe la lógica... en una mente que recuerda como si fuera hoy, sentimientos y escenas de un pasado SIN TIEMPO.





Marta Duhalde
2006

"ESTACION DESTINO"

ESTACION DESTINO


MI PRIMER LIBRO
PUBLICADO

"ESTACION DESTINO"