martes, 26 de diciembre de 2006

AKASHA

AKASHA

Sintió el estallido de la creación en su interior.
Diana apuró el paso para mirarle el rostro ya que algo en ella le resultó familiar y reconociéndola la saludó_¡Hola! ¿Cómo estás? _ Morena, sobresaltada, se dio vuelta mirándola a los ojos y exclamó _ ¡Diana! no te habría reconocido si no fuera por tu voz! _ Le dijo, agregando _ no esperaba encontrarte, ¡ hacía tanto tiempo que no te veía!
_Es verdad _ respondió Diana _ apurando el paso para caminar al lado de Morena.
Diana y Morena se habían conocido durante un taller de teatro al que habían concurrido juntas, habiéndose creado entre ellas una fluida comunicación.
Morena era pintora y en la mayoría de las obras que realizaba representaba las diferentes manifestaciones de la creación, siendo su preferido un fresco, al que había titulado “akasha”, que significaba energía. A Diana le había impresionado favorablemente el estilo surrealista del cuadro, ya que ella siendo maestra de Reiki, tenía contacto permanente, con ese fluido vital que emanaba de sus manos en los tratamientos que realizaba a los pacientes.
Se habían tratado asiduamente debido a las clases de teatro que compartían, pero al dejar de concurrir ambas a dichos cursos, se habían dejado de ver.
Tras contarse algunos acontecimientos de la vida de cada una, se dispusieron a seguir su camino despidiéndose.
Morena no dejaba de alabarle a Diana la hermosa voz que esta poseía ¡Tu voz, Diana! ¡Te reconocí enseguida por tu voz!...¡Siempre fue muy dulce!...Pero ahora... no sé... hay algo que no puedo definir, es como si viniera de otra vida, de otro tiempo _ Dijo Morena mirándola a los ojos _ Quizás... puede ser _ Respondió Diana _ agregando _ Bueno Morena, te llamo un día de estos y nos encontramos en tu “atelier” para que me muestres las últimas obras que expusiste _ Y despidiéndose se alejaron.
Diana caminaba presurosa bajo la mirada inquietante de Morena que susurraba _esa voz... ¿otra vida?... _
Diana sintió que un escalofrío comenzaba a recorrerle el cuerpo, mientras caminaba con pasos tambaleantes, sintiendo que el corazón palpitaba fuera de control en su pecho angustiado y un estallido sin tiempo estremecido de imágenes que vivió en el pasado le nublaron los ojos.
Sintió los rastros de la memoria invadiendo el presente y el espíritu recuperando instantes y estremecimientos, algunas veces nítidos... otras, borrando los límites de lo vivido.
¿Cuál fue la medida del amor por esa mujer? ¿Era azul ese mar? ¿O era el reflejo de las estrellas en la arena?
Sin dejar de temblar, sintió la inefable batalla del tiempo donde no existe la lógica... en una mente que recuerda como si fuera hoy, sentimientos y escenas de un pasado SIN TIEMPO.





Marta Duhalde
2006

"ESTACION DESTINO"

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